jueves, 23 de mayo de 2013

Filosofía perruna


Hay muchos tipos de dueños de perro, pero básicamente están los que les da lo mismo un schnauzer que un schwarzenegger y los que creen que cualquier perro que no cueste de 600 euros para arriba no es un perro, sino un chucho.

Este segundo tipo de dueños de perros constituye una tribu urbana más, una tribu cuyos miembros suelen pertenecer a una clase más o menos acomodada, pero que no por ello pierde la dignidad por recoger del suelo una mierda con la mano.


Como los integrantes de otras tribus urbanas, estos dueños de perro también frecuentan los parques, pero les dan otros usos.

Hacen grupos y cuentan vicisitudes de los canes mientras éstos pastan a sus anchas, corren, se muerden, se huelen y acechan tus huevos cuando te los cruzas sin que ningún dueño de perro muestre interés alguno en detenerlos.


El parque es suyo entonces. Ahí es donde los dueños de perro se sienten felices, porque para ellos sacar al perro al parque es como volar la cometa, que por fin hace algo; y esto les anima a compartir experiencias sobre múltiples cuestiones: vacunación, moquillo, pienso...

Y al llegar al pienso es habitual que recreen esa manida teoría suya, que defienden como si cobraran por ello, que mantiene que los perros sólo pueden comer pienso, porque si no les pasa esto y lo otro y acaban muriéndose; una teoría que sustenta la afirmación descartesiana "pienso, luego existo" y confirma que antes del pienso no había perros.

Esto lo dice uno en un foro de perros.com

Por contra, la facción más perrofláutica de los dueños de perro suele darle a los suyos panchitos, cortezas, patatas, tortilla, chorizo, los bordes del queso, pan de ayer, huesos de pollo y lo que quedó en las latas de atún.


Y ahí están. Con úlcera, algunos. Tan felices. Es más, a estos perros no les gusta el pienso.

El pienso en la UE puede ser "cualquier sustancia o producto, incluido los aditivos, destinado a la alimentación por vía oral de los animales, tanto si ha sido transformado entera o parcialmente como si no.".

Así que, en uno de los mejores casos, un pienso podría ser legalmente el resultado de mezclar, prensar y convertir después en bolitas, panchitos, cortezas, patatas, tortilla, chorizo, los bordes del queso, pan de ayer, huesos de pollo y lo que quedó en las latas de atún.


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