lunes, 21 de mayo de 2012

Y víctima de un atraco*



Esta mañana me han atracado. De nada ha servido que fuera acompañado por mi padre, que tiene casi ocho décadas.

Aún me me pongo malo al recordarlo. Ha sido una experiencia traumática.

Eran dos. Dos hijoputas. Ambos iban armados y se tapaban los ojos con unas gafas de sol.

Mi padre iba conduciendo. Acababa de recogerme. Aún andaba yo intentando ponerme el cinturón cuando esos dos se han pegado con su coche al nuestro y a través de la ventanilla nos han mandado parar.

Luego, sin mediar palabra, se ha producido el atraco: ¡me han puesto una multa por no llevar cinturón yendo de copiloto!.. Esto a sus madres, a sus putas madres, seguro que no se lo hacen.

En Colombia también me atracó la Policía. Pero si les hubiesen pillado sus superiores se les habría caído el pelo, por pillar sin repartir, más que nada.

Aquí no. Aquí la Guardia Civil directamente tiene orden de sus superiores de abordar a los conductores por el hecho de serlo, y también a sus acompañantes.

Éstos tienen comisión por cada multa que ponen y penalizaciones si no llegan a un número. Por eso deben ir siempre en pareja, para poder firmar los dos la multa y anular así atisbo alguno de éxito con un recurso.

Creo que soy como una mosca que ronda siempre la mierda. Primero un secuestro y ahora un atraco a plena luz del día.

El que me ha dado la multa me ha dicho que me multaba por mi seguridad y que no saliera del coche sin el chaleco amarillo.

Se ve que tenía prisa por seguir haciendo caja, porque cuando le he llamado gilipollas en su cara se ha ido tan contento. Sabía perfectamente que el de la cara de gilipollas era yo.

Qué hijoputa.

* Publicado en este enlace el 21 de mayo, durante el secuestro de quemalaprensa.

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