jueves, 1 de diciembre de 2011

Qué va


Hoy me ha pasado una cosa muy rara, una más, aunque esta vez no me ha costado un duro. Al contrario.

Me he encontrado una moneda de dos euros en el aparcamiento de un centro comercial. Entonces me ha dado por pensar: "Y si me encontrara un millón de euros, ¿lo devolvería?".

La reflexión ha sido fugaz: Si el dinero fuese de Botín, jamás lo devolvería. Pero si fuera de cualquier otro, salvo que el asunto causase muertes o algo así, tampoco.

Luego he ido a comprarme un kebab y he comprobado que estaba en lo cierto.

He pedido un menú de 6,90, lo he pagado con un billete de 50 y me han devuelto dos de 20, uno de 10, tres monedas de euro y una de 10 céntimos: 53,10.

El tío se ha dado la vuelta y yo me he callado como una puta, aunque al rato le he pedido picante. "Esto yo regalo", me ha dicho. "Y el resto también", he pensado.

Diez minutos en el centro comercial y me he ido con un saldo favorable de 5,10 más un menú de 6,90, algo inédito, y encima me han dado cambio de los 50 euros.

No sé qué tienen estos sitios, porque otra vez me encontré también dos billetes de 20 y uno de 10 en mitad del suelo de un local de kebabs de otro centro comercial.


Eso sí, después de cenar me he sentido fatal.

No ha sido por el remordimiento de haberme quedado con algo que no era mío, sino porque el kebab estaba asqueroso.

Tenían que haberme devuelto más pasta.

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La Cibeles.

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