martes, 21 de junio de 2011

Hazte perroflauta

Cuando era pequeño, me hice heavy. Luego degeneré a punki. Después terminé la carrera y me puse a currar.

En general, por entonces había cuatro tribus urbanas, o como las queráis llamar: heavies, punkis, rockers y mods.

Ahora no se lleva mucho lo de las tribus, las que había están en extinción y han surgido nuevas, dicen, como los góticos, los emos o qué sé yo.

Pero... ¿qué es un perroflauta? ¿De qué tribu le han echado?


¿Qué caminos hay que recorrer para ser perroflauta?


¿Qué lleva a un ser humano a convertirse en un guarro que toca la flauta, o eso cree él, rodeado de chuchos con menos pedigrí que el hijo no deseado de una lumi?


Tal vez nunca lo sepamos. Es uno de los grandes enigmas de la humanidad, como saber en cuál de los dos baños mea Falete cuando va a un restaurante.

Pero tras un concienzudo estudio de los perroflautas, he sacado algunas conclusiones:

1 - Los perroflautas suelen tocar más los cojones que la flauta, aunque hay variedades, como el de la foto, que de vez en cuando se quedan quietos.

Un multiperroflauta con su camada.

2 - Existe una variante del perroflauta, el perrogaita, más habitual en el noroeste del país.

La filosofía es la misma: soplar.

3 - A las chicas perroflautas no se las llama perraflautas aún.

Este paraje es idílico como hábitat del perroflauta. 

4 - Si por alguna extraña razón un perroflauta y su perro no están en la calle, el chucho pedirá salir a su amo llevándole la flauta. La correa no saben lo que es.


5 - De pequeños queremos ser futbolistas, cantantes, astronáutas... No perroflautas.


En todo esto se basa, a grandes rasgos, el ideario perroflautista. Pero Juantón el equilibrista sí que sabe de estas cosas, así que aquí dejo este vídeo como homenaje a todos los perroflautas del mundo, a sus perros y a sus flautas.


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